Un cuento para educar en la aceptación de nuestras diferencias y la superación de dificultades a través de la vida y obra de este genial artista.
Son numerosísimos los ejemplos de pintores que han pasado a formar parte del imaginario de niños y niñas, convirtiéndose en protagonistas de libros infantiles sobre su propia vida y obra: desde Velázquez hasta Miró, pasando por los archifamosos Van Gogh o Frida.
En esta ocasión le llega el turno al impresionista francés Claude Monet (1840-1926), que se convierte en personaje ilustrado para contar a los pequeños lectores que, a pesar de las dificultades, con voluntad e ideas ingeniosas se pueden conseguir grandes logros.
Tanto el autor del texto, Ángel de Frutos, como la ilustradora, Leticia Rodríguez, forman parte del colectivo Arte en Mente, que lleva ocho años descubriendo las colecciones de nuestros museos a escolares y familias, buscando siempre un enfoque que pueda interesar y atraer a los más pequeños, completando estas experiencias con talleres plásticos sobre pintores, movimientos artísticos o etapas históricas. Uno de esos talleres, quizás de los más populares entre los niños, es el dedicado a la figura de Monet y ¡de ahí nace la idea de dedicarle un libro infantil!
A lo largo de la narración los pequeños lectores irán descubriendo las motivaciones del artista, desde la niñez, para pintar, así como las dificultades que encontrará para lograr su estilo único y personal. Y es que, una vez que conseguimos que se interesen por el Monet artista, no sólo podemos presentarles uno de los estilos clave de la Historia del Arte para que después lo aprecien, lo reconozcan y comiencen a tener una cultura visual, sino que también nos permite ejemplificar una serie de valores que podemos transmitirles.
Hoy en día los cuadros de Monet cuelgan de las paredes de los mejores museos del mundo, pero no todos saben que los críticos de arte se reían de su estilo en los primeros momentos, que le costó mucho trabajo y empeño hacerse un hueco en los círculos oficiales o que, aunque cuando fue envejeciendo perdió gradualmente la vista, continuó trabajando de manera incansable, especialmente en sus series de nenúfares sobre las aguas de su estanque en Giverny.
Monet y el Impresionismo es, por tanto, la historia de un artista que decidió ser diferente, aunque muchos se riesen de su trabajo; un viaje por la vida y obra del pintor que, con esfuerzo y tesón, perseguía el movimiento sobre el agua. En definitiva, un cuento para educar en la aceptación de nuestras diferencias y la superación de dificultades a través de la vida y obra de este genial artista.
La obra se completa con una guía didáctica de uso libre y gratuito confeccionada por los autores con el objetivo de que tanto familias como escuelas puedan profundizar en la lectura a través de diferentes propuestas de actividades relacionadas con el contenido.
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